27 dic 2011

La autoestima

Hasta ahora no hemos hablado de la autoestima y parece que es un momento ya de hacer una primera aproximación. En general entendemos por autoestima la valoración que tiene alguien de sí mismo, ya sea positiva o negativa.

Es un concepto ampliamente utilizado en psicología desde que a finales del siglo XIX lo introdujera el filósofo y psicólogo norteamericano William James, profesor en la Universidad de Harvard, hermano mayor del novelista Henry James y considerado como el padre de la psicología norteamericana y del funcionalismo. En su monumental e innovadora obra Principles of Psychology (Los principios de la psicología), editada por primera vez en 1890, James empezó por denunciar las concepciones mecanicistas de la conducta humana apostando porque era la consciencia la que dominaba la supervivencia y el cuerpo. Fue la primera vez que se empezó a hablar de la autoestima.

Entre otras aportaciones, destacan su referencia a las aferencias, que son las comunicaciones que se producen entre el interior y el exterior en un organismo, y las eferencias, que son las respuestas que ejerce el organismo desde el interior al exterior, hacia un estimulo.

Lo más importante en este momento es destacar su teoría sobre las tres partes de la personalidad: El Yo material (cuerpo), el Yo social (las personas que nos rodean) y el Yo espiritual (las ideas, sensaciones, etc.). Según James, de este desdoblamiento, del cual todos somos conscientes, nace la autoestima. La concibió como un cociente entre los éxitos y las pretensiones de forma que, como cualquier cociente, se puede aumentar la autoestima aumentando el numerador, o sea los éxitos, o disminuyendo el denominador, es decir las pretensiones. Tan válido es por tanto ceder en pretensiones como verlas colmadas, según sus propias palabras.

Hoy día se considera que no tener una autoestima positiva dificulta el crecimiento psicológico. Cuando se tiene autoestima el sistema inmunológico permite disponer de capacidades de resistencia y regeneración. Por contra, si la autoestima es baja disminuye nuestra resistencia frente a las adversidades de la vida. Mientras más fuerte es la autoestima mejor estamos preparados para afrontar los retos que se presentan en nuestra vida personal, social y laboral. Es en definitiva EL PODER DE LA AUTOESTIMA.

Para terminar dos frases de James:

"Lo que sentimos con respecto a nosotros mismos en este mundo depende enteramente de lo que apostemos ser y hacer".

"El pesimismo conduce a la debilidad, el optimismo al poder".

Continuaremos con la autoestima.

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