15 may 2013

La relación de Dalí con el psicoanálisis y su método paranoico-critico

No es la primera vez que hablamos aquí del método paranoico-crítico de Salvador Dalí (Ver post). En esta ocasión iremos a la génesis de su método y a conocer un poco más de su relación con Sigmund Freud y Jacques Marie Emile Lacan.

Como ya dijimos, desde el primer Manifiesto del Surrealismo de 1924 Freud se convirtió en una fuente de inspiración para los surrealistas, sobre todo por su idea del inconsciente, con el que pretendieron subvertir la cultura tradicional, y por su reivindicación del mundo de los sueños como liberador del imperio de la lógica. Breton definía el surrealismo como: "Automatismo psíquico por cuyo medio se expresa el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin intervención de la razón". El artista sería un "medium" que conecta con otra realidad a través del automatismo y el sueño.

Este interés por Freud es patente también en Dalí desde muy joven. Según dijo el propio Dalí: "Yo trabajo constantemente en el momento de dormir. Mis mejores ideas vienen de mis sueños y la actividad más daliniana se produce mientras duermo". Además de incluir símbolos y referencias de Freud y su interpretación de los sueños en varios cuadros, sobre todo en mi favorito El gran masturbador, que es del año 1929, lo incluyó en su obra Encuentro del psicoanálisis y la morfología, y fue a visitarlo a Londres en 1938, el año anterior a la muerte de Freud.

Según relataría después Dalí: Allí hubo una escena terrible porque yo le enseñé mi cuadro La Metamorfosis de Narciso, que le gustó mucho y me dijo: “Ahora comprendo cosas que no había comprendido de los surrealistas, yo creía que eran unos borrachos, drogados, y ahora los tomaré en consideración, porque este cuadro...” Y le dije: “El cuadro no me interesa, yo quisiera que usted leyera mi tesis sobre la paranoia crítica”. Y él volvía al cuadro. Yo volvía a que leyera mi tesis científica. Al final, ¡puñetazo! Y digo: “Quiero que la lea esta noche...!” Entonces Freud se quedó un poco asombrado y le dijo a Stephan Zweig “Nunca he visto un prototipo de español más claramente. Es un fanático.

Sin embargo, este interés por Freud se vería complementado por la incorporación al discurso de Dalí de otros elementos importantes de Jacques-M. E. Lacan. En la primera publicación de Dalí en la revista El surrealismo al servicio de la revolución, bajo el título El burro podrido, lo que proponía era una interpretación de la realidad basada en un delirio paranoico construido conscientemente, es decir ya está planteando su método paranoico-crítico en contraposición con el papel más pasivo jugado por el "medium" de Breton. Dalí proponía una interpretación activa de la realidad para transformarla de una forma delirante (modulado más tarde con la incorporación del principio de incertidumbre de Heisenberg, como vimos en el post El interés de Dalí por la ciencia).

En 1932 Jacques Lacan leyó, en París, su tesis doctoral De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad, en la que planteaba la hipótesis de que no es el delirio y después la interpretación, sino que delirio e interpretación son la misma cosa. Lacan se interesó por el método paranoico-crítico de Dalí e incluso quiso entrevistarse con él para reflexionar sobre algunos de los conceptos que Dalí incluía en El asno podrido. Ese encuentro está bastante documentado, incluso se han escrito libros, así que lo dejaremos para una próxima vez.

Más tarde, en 1933, Dalí se declara de acuerdo con las propuestas que Lacan hace de la paranoia: la paranoia es un mecanismo psíquico que forma parte de la percepción y en mayor grado de la creación artística. Dalí había publicado un primer escrito que giraba en torno a la interpretación paranoico-crítica de la imagen obsesiva del Ángelus de Millet en la revista surrealista Minotaure. Poco después, en la misma revista, publicaría Lacan El Problema del estilo y la concepción psiquiátrica de las formas paranoicas de la experiencia. Aquí hablaba del valor revolucionario de los escritos realizados bajo los efectos de la paranoia.

Con ello, Dalí daba un paso más que los primeros surrealistas al considerar no sólo que la locura era un estado creativo de inspiración artística sino también por incluir la locura (la paranoia) dentro de la normalidad del proceso del pensamiento y la percepción. Fue esta idea, más allá de sus veleidades comerciales y dinerarias, la que le alejaría de los surrealistas y de Freud. Recordemos que Bretón puso el apodo de Avida Dolars a Dalí y que lo expulsaron del grupo surrealista en 1934.

Como ya dije, para profundizar en su metodología paranoico-crítica hay que leerse El mito trágico del Angelus de Millet porque explicarlo aquí quedaría demasiado extenso. En este documento, Dalí desarrolla su interpretación de la obra en tres apartados (Descripción, Interpretación y síntesis e Interpretación profunda), cada uno de ellos dividido en varias fases. Esta metodología puede ser aplicada a cualquier manifestación artística. Seguro que volveremos sobre ello.

Por el momento nada más.

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