Qué gran alegría el hecho de que se conceda al filósofo Emilio Lledó el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2015, algo que ya se sabía hace tiempo. No deja de ser un premio más, aunque hay que reconocer que con un gran prestigio internacional por su trayectoria y por sus premiados. Pero más alegría aun es poder haber disfrutado de su discurso en la ceremonia de entrega, corto pero lleno de sabiduría.
Su contenido, lleno de metáforas y citas, es una magnifica llamada de atención sobre el peligro que corren las humanidades en nuestra sociedad. Lledó considera las humanidades como un ideal en la memoria colectiva y, sobre todo, "resultado no sólo de la teoría, de la mirada, sino que es fuerza, dinamismo, riqueza para la sociedad. Las humanidades se aprenden, se comunican. Las necesitamos para hacernos quienes somos, para saber qué somos y, sobre todo, para no cegarnos en lo que queremos y en lo que debemos ser".
Lo expresó de una forma tan concisa y clara como pensar que el género humano no ha logrado superar la ignorancia y su inevitable compañía, la violencia y la crueldad. Ello nos ha llevado a trivializar el concepto de “género humano” hasta convertirlo en un “desgénero humano”, una degeneración.
En el discurso también hace una sentida loa del papel de la educación, contribuyente máximo en la construcción de la propia persona: "en la educación de la libertad, alienta el futuro, el de la verdad, el de la lucha por la igualdad, por la justicia y por la inteligencia".
Todo ello viene muy a cuento cuando, en España, algunos (sin duda algunos políticos incultos) están desarrollando la brillante idea de suprimir, de manera lenta pero inexorable, la asignatura de filosofía en los estudios.
Disfrutadlo, de verdad os lo recomiendo (Ver).