Este fin de semana leí una conferencia impartida en 2012 por Angus Deaton (In Pursuit of Happines) en la Fundación Areces que tenía por ahí apartada en espera de lectura. Entre otras cosas muy interesantes, de las que me comprometo a hablar aquí en breve, me encontré un comentario sobre una teoría conocida como la selectividad socio-emocional (Socio-emotional Selectivity Theory). Se trata de una teoría sobre la motivación asociada a la esperanza de vida debida a Laura Carstensen que me parece muy interesante.
Laura L. Carstensen es profesora de Psicología en la Universidad de Stanford, donde también es la directora/fundadora del Centro de Longevidad de Stanford, institución que se basa en estudiar formas innovadoras de tratar los problemas de las personas mayores de 50 años.
La teoría sostiene que nos hacemos más inteligentes, en ciertos aspectos, a medida que envejecemos y una de ellas es la forma en que nos relacionamos con nuestras amistades. Así, con la edad dejamos de tener o buscar amigos con los que pensamos que no vamos a tener una buena amistad y dedicamos más atención a las personas que sabemos que estamos bien con ellas o que intuimos que nos puede ir bien. Uno de los ejemplos que se comenta en la teoría es el caso de los adolescentes. Estos suelen acudir a cualquier cita con casi todo el mundo, incluso cuando piensan que probablemente no lo van a pasar bien porque la prioridad es salir. Pero cuando cumplimos los años cuarenta o cincuenta esto cambia porque se da otro valor a las salidas o se es más selectivo en la búsqueda de gente.
Es decir, que a medida que se reducen los horizontes temporales con la edad las personas se vuelven cada vez más selectivas, invierten mayores recursos en los objetivos y actividades emocionalmente significativos. Según la teoría, los cambios de motivación también influyen en el procesamiento cognitivo. Con el envejecimiento la interacción social es más selectiva y se maximizan las experiencias emocionales positivas, con preferencia en las personas con los que se han tenido relaciones gratificantes, y se minimizan los riesgos emocionales, es decir, se perfeccionan las redes sociales para satisfacer mejor las necesidades emocionales.
Es importante destacar que la teoría no se fija exclusivamente en la edad, entendida meramente como un paso del tiempo, sino más bien como un cambio relacionado con la perspectiva del tiempo. Cuando las personas perciben su futuro más abierto se centran más en lo que está por venir pero cuando se tiene la sensación de que el tiempo está limitado el foco tiende a desplazarse hacia objetivos presentes y más orientados a las emociones. Normalmente esto se asocia con la edad pero también existen casos de trastornos de percepción psicológica conocidos como "futuro limitado" en los que una persona relativamente joven cree irracionalmente, consciente o inconscientemente, que su horizonte de tiempo es más limitado de lo que realmente es y de forma desproporcionada persigue el placer y objetivos a corto plazo.
Es decir, en términos de motivación, la teoría diferencia dos tipos de metas a lograr. Primero, las metas relacionadas con la adquisición de conocimientos, la planificación de la carrera profesional, el desarrollo de nuevas relaciones sociales y otros objetivos que darán sus frutos en el futuro. Segundo, las metas relacionadas con las emociones, la búsqueda de interacciones sociales emocionalmente gratificantes y otras actividades cuyos beneficios se pueden obtener en el presente.