La opinión de los expertos sobre si el cerebro de las personas adultas sigue siendo capaz de generar nuevas neuronas varía con el tiempo. Cuando parecía que se había descubierto que somos capaces de crear nuevas estructuras cerebrales, frente a opiniones más antiguas que consideraban que no, ahora vuelven a aparecer estudios que lo ponen en duda. Es una discusión interesante y que debería preocuparnos a todos para saber a ciencia cierta, ¡nunca mejor dicho!, cómo afrontar una vejez cognitivamente más activa.
Como ejemplo de esta discusión controvertida que genera noticias contradictorias que confunden a los que no somos entendidos en el tema, ha aparecido un artículo en la revista The Economist que presenta dos estudios muy parecidos con conclusiones contradictorias. Creo interesante contarlo aquí.
Es cierto que durante muchos años los neurocientíficos creían que el cerebro desarrolla todas las neuronas que tendrá durante toda su vida en un breve período de tiempo después del nacimiento. Pero esta creencia ha sido puesta en duda por investigaciones realizadas las últimas dos décadas, poniendo en evidencia que sí se generan nuevas neuronas en los adultos de varias especies, incluidos los humanos.
Los dos estudios contradictorios mencionados en el artículo se han realizado en las universidades americanas de California y Columbia. El primero, publicado en marzo en la revista Nature, concluye que la generación de neuronas se produce muy raramente en adultos, concretamente especifica que encontraron abundante neurogénesis en cerebros de niños de hasta 1 año de edad pero el cerebro con más edad en el que encontraron neuronas nuevas fue de 13 años.
En contraste, en el segundo estudio, publicado en abril en Cell Stem Cell, se afirma que la neurogénesis persiste durante la edad adulta a una tasa prácticamente invariable porque encontraron señales de neuronas jóvenes en personas de 79 años.
Lo curioso es que los dos estudios han utilizado el mismo procedimiento con el que buscaban detectar dos proteínas que están más presentes en las células nerviosas más jóvenes que en las más antiguas. En particular estudiaron en cerebros recién fallecidos el hipocampo, que es la parte del cerebro relacionada con la formación de la memoria, un proceso que se caracteriza por la generación de nuevas neuronas.
Una diferencia entre los dos estudios ha sido en las horas transcurridas desde la muerte cerebral para hacer el estudio. El primero utilizó muestras tomadas hasta 48 horas después de morir, mientras que en el segundo solo habían transcurrido 26 horas. La diferencia es importante porque una de las proteínas se sabe por estudios en ratas que se descompone en pocas horas.
Hay otras pequeñas diferencias, como que en el segundo estudio solo se utilizaron adolescentes y adultos, por lo que no se pudo captar el cambio en los primeros años, y que se utilizaron otras variables, como el volumen del hipocampo, de similar tamaño en los cerebros viejos que en los jóvenes.
En definitiva, como se dice en el artículo, se necesitan más investigaciones pero los dos estudios aportan información interesante para sacar conclusiones definitivas y comprender cómo se generan las neuronas, lo que podría conducir a nuevas formas de tratar el deterioro cognitivo en el envejecimiento, las enfermedades neurodegenerativas e incluso la depresión.