Leyendo este domingo un artículo en El Pais del premio Nobel de Economía, Paul Krugman, me llamó la atención una referencia que hacía al efecto Dunning-Kruger al analizar el comportamiento del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Este efecto es un fenómeno psicológico estudiado por David Dunning, de la Universidad de Cornell, y Justin Kreuger, de la Universidad de Illinois, por el que les fue concedido el premio Nobel de Psicología en el año 2000. El efecto describe cómo algunas personas malinterpretan la valoración que hacen de sus propias capacidades.
Para los que estén interesados, el trabajo por el que les fue concedido el premio, con el título de Unskilled and Unaware of It: How Difficulties in Recognizing One's Own Incompetence Lead to Inflated Self-Assessments, está accesible en internet en la siguiente dirección: https://bit.ly/1zW2Kn9, fue publicado en el Journal of Personality and Social Psychology en diciembre de 1999.
Como se expone en el resumen inicial del trabajo, las personas tienden a tener puntos de vista demasiado favorables sobre sus capacidades en la mayoría de sus competencias sociales e intelectuales. Esta sobreestimación se produce, en parte, porque las personas que no están capacitadas en estas competencias sufren un doble proceso: no solo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les priva de la capacidad metacognitiva de realizarlas, es decir su capacidad de autorregular los procesos de aprendizaje.
A partir de cuatro estudios se descubrió que los participantes, estudiantes de psicología de la universidad, con una puntuación situada en el cuartil más bajo en las pruebas de humor, gramática y lógica sobreestimaron mucho su rendimiento y capacidad en las pruebas. Aunque sus calificaciones en el examen se situaron en el percentil decimosegundo ellos mismos se autocalificaron en el número sexagesimosegundo. Según los análisis realizados por los autores, esta mala calibración está vinculada con los déficits en la habilidad metacognitiva, o la capacidad para distinguir con precisión el error. Sin embargo, mejorar las habilidades de los participantes y, por lo tanto, aumentar su competencia metacognitiva, les ayudó a reconocer las limitaciones de sus habilidades.
Entre sus conclusiones añadieron también un proceso similar para las personas más competentes. Así, igual que se produce una sobrevaloración de sus propias competencias en las personas poco competentes, existe también una mala interpretación en el caso de las personas más competentes porque llegan a hacer una infravaloración de sus capacidades. En este caso el efecto se produce por la mala interpretación de la capacidad de los demás. Es decir, asumen erróneamente que las tareas que son fáciles para ellos también son fáciles para los demás.
Para concluir, habría que recordar que demasiadas veces la ignorancia da más confianza que el propio conocimiento, no lo digo yo ya lo dijeron otros muchos, por ejemplo Charles Darwin.