22 jun 2020

Así es un idiota verde, según Tomas Erikson

Continuando con el libro Surrounded by idiots, de Thomas Erikson (Ver post), voy a intentar resumir lo que es, cómo se comporta y cómo hay que comunicarse con una persona catalogada como VERDE, según la clasificación de Erikson. De acuerdo con el modelo hipocrático, el color verde se corresponde con la conducta de un melancólico y Erikson la define bajo la etiqueta de "Estable".
Para analizar lo que propone Erikson sobre lo que define a una persona verde voy a desarrollar tres apartados: sus características; qué se debe hacer frente a una persona verde; y, en tercer lugar, las posibilidades de influir o criticar a una persona verde.

1.- Características de una persona con perfil dominante verde

Lo primero que señala sobre los "verdes" es que son, en resumen:

- Reacción tranquila
- Máximo esfuerzo en los vínculos
- Mínimo interés en los cambios
- Su marco temporal es el presente
- Actuación de apoyo
- Tendencia a rechazar el conflicto

Una persona verde es aquella que responde a las características que aparecen en la figura de abajo, está en inglés porque la traducción de la edición española es parcial y no me gusta mucho. Esta es mi versión y lo dejo en inglés por si alguno quiere leerlo del original. Un VERDE es: paciente, relajado, autocontrolado, fiable, controlado, leal, modesto, comprensivo, perseverante, estable, prudente, discreto, apoya, buen oyente, servicial, promotor, persistente, reacio, pensativo, oculta sentimientos, considerado y amable.


Las personas catalogadas como verdes son las que más abundan. Son los más equilibrados y siempre aportan serenidad a cualquier situación, aunque normalmente son más pasivos que el resto. Es fácil relacionarse con los verdes porque suelen dejar a los demás ser como son, no piden demasiado, son muy tolerantes con las conductas de los demás y son los que mejor escuchan.

Si pueden evitarlo, los verdes se alejan de cualquier escándalo, procuran no ofender a nadie. Sienten una rotunda aversión a pelearse con alguien. Tienen miedo al conflicto e incluso tienden a decir la verdad a espaldas de la persona interesada por precaución, muchas veces dicen sí pero en realidad querían decir no. Por este motivo, se piensa que son de poco fiar, aunque su intención sea sólo evitar el conflicto. Esto hace también que sean más pasivos que activos, lo único que quieren es paz y tranquilidad. Su indiferencia y su falta de compromiso pueden influir negativamente en otras personas.

Los verdes son reacios a tomar partido en temas delicados. Suelen expresarse de manera un tanto oscura y ambigua y no asumen la responsabilidad de un asunto o les incomoda si tienen que hacerlo. Pero son cumplidores, si está en su mano cumplir lo prometido sin duda lo cumplirá. Les gusta el trabajo en equipo, son personas sociales. Quieren llevarse bien con todo el mundo y están dispuestos incluso a ayudar a los que no les caen bien. Siempre ofrecen un hombro para llorar sobre ellos, son la amabilidad personificada. Resulta fácil abusar de las personas verdes porque son un poco inocentes y crédulos.

Ponerse del lado negativo es la tendencia dominante de los verdes, siempre esperan lo peor y por eso tratan de pasar inadvertidos esperando que todo se olvide o se resuelva. A los verdes no les gustan los cambios pero si se les presenta bien su necesidad y se les da suficiente tiempo se animan a probar cosas nuevas.

Los verdes no quieren ser el centro de atención, por eso su tono de voz nunca es alto, siempre será suave y con el ritmo mucho más lento que los rojos o amarillos. Los principales rasgos del lenguaje corporal de un verde son:

- Mantienen una actitud relajada y se acercan a su interlocutor
- Actúan de manera metódica
- Tienen a inclinarse hacia atrás
- Mira a los ojos de forma muy amistosa
- Prefieren los gestos discretos

2. Qué hacer frente a una persona verde

Los verdes prefieren no ser activos así que lo que hay que hacer con ellos es permitirles períodos de paz y tranquilidad, de inactividad. Así funcionan mejor, necesitan que se les conceda un tiempo razonable para no hacer nada. Para los verdes la estabilidad y la predictibilidad son factores sumamente valiosos.

Ya se ha dicho que a los verdes no se les da muy bien llevar la iniciativa. Pedir a un verde que resuelva un problema es casi inútil pues no lo hará, no hará nada si no se le encamina. No se les puede preguntar qué pueden hacer es mejor pedirles que realicen cosas específicas.

Los verdes siempre tienen más temores que el resto por eso necesitan seguridad, todo tiene que parecerles bien porque si no les parecerá mal, no hay término medio. Tienen miedo a lo desconocido, les va como anillo al dedo la frase "más vale pájaro en mano que ciento volando".

Por último, como ya se ha dicho, hay que armarse de valor para que acepten los cambios, hay que presentárselos detalladamente y convencerlos, entonces se pondrán a la tarea.

3. Criticar a una persona verde

Criticar a un verde puede ser hasta cruel, se sentirán fatal y no querrán volver a oír hablar del tema. En general, su ego es más frágil y suelen ser más cautos que el resto. Son autocríticos. Muchos verdes van por la vida deseando que las cosas sean diferentes pero rara vez tienen la motivación necesaria para intentar cambiarlas. Por eso hay que usar palabras amables cuando se les critica, hay que ser claro e ir al grano.

A la hora de criticar a un verde hay que dejar claro que no se está criticándole a él como persona sino solo su conducta, lo que ha hecho. Igual que pasa con los amarillos, una mala crítica puede afectar a la relación con ellos, hay que tener cuidado.

Como ejemplos de personas verdes Erikson habla de Gandhi, Nicole Kidman y Hugh Jackman.

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