Es sabido que en la mitología de Grecia la memoria estaba representada por la diosa Mnemósine, hija de Urano y Gea. Así lo recoge Hesíodo en la Teogonía y añade que después de pasar Zeus nueve noches seguidas con Mnemósine nacieron en parto múltiple las nueve Musas. El culto a las Musas estaba muy arraigado entre los poetas y filósofos de Grecia por su papel de transmisoras de los poderes de Mnemósine.
Las Musas serían las guardianas y transmisoras del saber inmemorial y auténtico de su madre olímpica. Mientras Mnemósine permanecía en el palacio de Zeus sus hijas eran viajeras e iban cantando y bailando sus conocimientos en el mundo de los hombres.
Hesíodo recoge la tradición para ordenar en número y asignar poderes a las Musas. Estas eran las nueve:
- Clío (la que da gloria); musa de la Historia.
- Euterpe (la muy placentera); musa de la música.
- Talía (la festiva); musa de la comedia y de la poesía bucólica.
- Melpómene (la melodiosa); musa de la tragedia.
- Terpsícore (la que deleita en la danza); musa de la danza y poesía coral.
- Erato (la amable); musa de la poesía lírica-amorosa.
- Polimnia (la de muchos himnos); musa de los cantos sagrados y la poesía sacra.
- Urania (la celestial); musa de la astronomía, poesía didáctica y las ciencias exactas.
- Calíope (la de bella voz); musa de la elocuencia y poesía épica.
Razonando sobre el papel de la memoria, Platón, en el Teeteto, describe a Sócrates disertando sobre si el saber es percepción y describe mediante una metáfora que "hay en nuestras almas una tablilla de cera, la cual es mayor en unas personas y menor en otras, y cuya cera es más pura en unos casos y más impura en otros, de la misma manera que es mas dura unas veces y más blanda otras, pero en algunos individuos tiene la consistencia adecuada".
Y asigna a Mnemósine el don por el cual si queremos recordar algo que hayamos visto u oído, o que hayamos pensado nosotros mismos, aplicando a esta cera las percepciones y pensamientos, los grabamos en ella, como si imprimiéramos el sello de un anillo. De esta forma, lo que se haya grabado lo recordamos y lo sabemos en tanto que permanezca su imagen y mientras que lo que se borre o no haya llegado a grabarse lo olvidamos y por lo tanto no lo sabemos.
Y continúa "cuando la cera es profunda, abundante y lisa y tiene la adecuada contextura lo que se graba lo hace de forma nítida y con suficiente profundidad como para ser duraderas, este tipo de personas tienen facilidad de aprender, tienen buena memoria y sus opiniones son verdaderas".
En cambio, lo que Sócrates describe como de "corazón velludo", concluye que "hay casos en los que la cera es sucia e impura y en otras ocasiones es blanda o dura en exceso, en el primer caso se aprende bien pero son olvidadizas y en el otro caso ocurre lo contrario. También cuando hay poco espacio se graban unas encima de otras haciéndose rápidamente confusas".
Siempre seguiré admirando y releyendo los Diálogos, nunca te defraudan y siempre te sorprenden. Cuando leí estas cosas tenía claro que tenía que incluirlas aquí, espero que sea de utilidad para alguien.