Este verano un amigo me preguntó por este blog y por los motivos que me impulsan a mantenerlo. Creo que es un buen momento para hablar sobre ello. Además me apetece dejar por escrito lo que aquella pregunta me ha hecho reflexionar durante este mes de agosto.
Obviamente, estos temas me gustan, y mucho, pero creo que hay dos razones añadidas que justifican esta aventura. Primero, dejar por escrito aquellas cosas que tengo interés en recordar porque las he leído, oído o pensado y me han interesado. Se trata de un intento de registrar la memoria que tiene para mí un efecto muy estimulante.
Dejar por escrito las cosas que se nos vienen a la cabeza o las experiencias vividas es altamente recomendable. A quién no le ha pasado que de vez en cuando mira a las estanterías de la librería, se fija en libros que leyó no hace mucho, y no se acuerda de casi nada, meramente una idea general de su contenido, o incluso de algunos libros no nos acordamos siquiera de si los hemos leído o no.
Dicen los expertos que eso no es nada inusual para un cerebro de una persona de mediana edad. Y no sólo ocurre con los libros, también se nos diluyen los recuerdos de las películas, los nombres de personas, algunos lugares que hemos visitado, etc.
Por ello, me gusta ir explorando nuevas ideas e ir dejando constancia de ello. A la vez aprendo y me aseguro de que tendré la posibilidad de volver a ello cuando quiera. En esto tengo muy presente algo que leí hace tiempo sobre varias teorías que defienden que el cerebro humano sigue desarrollándose, que en determinadas condiciones de actividad se contrarresta el debilitamiento de las conexiones neuronales que produce el paso de los años.
Los neurólogos reconocen que si siempre nos movemos por nuestra zona de confianza, oyendo y leyendo conceptos cercanos a lo que ya forman parte de nuestro bagaje intelectual, no vamos a ser capaces de modificar las conexiones cerebrales ya establecidas. Según los neurólogos, el hecho de afrontar nuevas ideas, preferentemente contrarias a las nuestras, añaden nuevas capas de complejidad en el cerebro que ayudan a éste a seguir desarrollándose. Además, también han estudiado que no sólo se crece sino que las mentes maduras mejoran cuando se sienten desafiadas y están mejor preparadas para aprender, no tan deprisa como en la juventud, pero sí de una forma más estructurada, construyendo sobre las conexiones ya consolidadas.
Un segundo objetivo de mantener este blog está basado en el hecho de que colgar propósitos en Internet es una muy buena automotivación. Comprometerse en Internet es hoy día muy común y una forma de motivarse. El hecho de estar "obligado" a poner algún post cada varios días es una excelente forma de asegurarse que se va a cumplir con la promesa. Es como si por no hacerlo estuviéramos defraudando a alguien que está esperando a leerte. Es a la vez un apoyo y una presión pero en cualquier caso motivador. A lo mejor luego no lo lee nadie pero es al fin y al cabo una cuestión de exigencia personal.
Un ejemplo en español de este tipo de automotivación es la página http://www.stickk.com/ que no sólo sirve para colgar metas que uno mismo se fija sino que se pone dinero en juego. Si no se cumplen los objetivos la cantidad comprometida se destina a alguna ONG. Otro ejemplo es el portal http://www.43things.com/, es muy curioso visitarlo para ver qué es lo que la gente pretende hacer.
En definitiva, lo importante es no perder la ilusión y la motivación por hacer cosas. La motivación te pone en marcha y tiene algo que ver con lo que Abraham Maslow llamaba las metamotivaciones.