5 feb 2013

Pensar rápido, pensar despacio, según Daniel Kahneman II

Este es el tercer post (Ver post1post2) sobre el último libro de Daniel Kahneman Pensar rápido, pensar despacio (Editorial Debate) pero merece la pena. En esta ocasión me propongo hacer una valoración global del libro por si ha quedado algo en el tintero. Antes que nada es importante dejar claro que es imposible hacer un resumen de tan extenso y complejo libro. En su solapa se incluye un comentario publicado en la revista Vanity Fair, de un tal Michael Lewis, con el que estoy totalmente de acuerdo, dice: "Un libro maravilloso. Para cualquier persona con el más mínimo interés en el funcionamiento de su propio cerebro, es tan rico y fascinante que un resumen resultaría ridículo".



Efectivamente, libro muy interesante que permite aprender mucho sobre las limitaciones de la racionalidad humana en los juicios y la toma de decisiones en situaciones de cierta incertidumbre. Que un psicólogo aplique sus investigaciones al análisis económico, hasta el punto de que le dieron el premio Nobel de economía, resulta muy instructivo y clarificador para darnos cuenta de la debilidad de nuestras certidumbres, no sólo cuando se habla en términos económicos.
 
Lo que postula Kahneman no es que seamos irracionales sino que en general los humanos ven alterada su racionalidad con las emociones y con el propio diseño de nuestro cerebro, explicado con los ficticios sistemas 1 y 2, que se reparten el trabajo en la toma de decisiones. Para los dos modos de pensamiento (lo que pensamos al ver la foto de alguien que rápidamente nos "dice algo" frente al desafío mental de hacer una operación como 17 x 24) Kahneman utiliza los términos propuestos por los psicólogos Keith Stanovich y Richard West:
  • El Sistema 1 opera de manera rápida y automática, con poco o ningún esfuerzo y sin sensación de control voluntario. Se centra en el WYSIATI (what you see is all there is, que se puede traducir por "lo que ves es lo que hay"), o sea que se centra en la evidencia existente e ignora la evidencia ausente.
  • El Sistema 2 centra la atención en las actividades mentales esforzadas que lo demandan, incluidos los cálculos complejos. Las operaciones del Sistema 2 están a menudo asociadas a la experiencia subjetiva de actuar, elegir y concentrarse.
En la página 39 del libro presenta una sinopsis del argumento que trataré de resumir aquí. Ambos, Sistema 1 (S1) y Sistema 2 (S2), están siempre activos cuando estamos despiertos, pero mientras S1 actúa automáticamente S2 está en espera de las órdenes de S1 (impresiones, intuiciones, intenciones, sensaciones). Cuando las órdenes se producen, si cuentan con la aprobación de S2, se convierten en creencias y acciones voluntarias. Si S1 encuentra alguna dificultad llama a S2 que trata de buscar en la memoria alguna referencia para actuar, S2 tiene la última palabra. El S2 también es movilizado cuando se detecta que estamos a punto de cometer un error. Normalmente el S1 trabaja bien pero tiene sesgos, errores sistémicos y en ocasiones responde a cuestiones más fáciles que las que se le están planteando. S1 no entiende de lógica o estadística, además no puede ser desconectado.

Así, el Sistema 1 se encarga de razonar de forma rápida, automatizada, intuitiva, pero muchas veces inconsciente, mientras que el Sistema 2 razona más lentamente, analizando razonadamente las propuestas del Sistema 1 y disponiendo. En ese proceso el Sistema 1 se ve influido por los sesgos, el azar, las intuiciones incorrectas, la incertidumbre del entorno y otros factores que impiden darnos cuenta de nuestros errores y que tengamos demasiada confianza en nuestras capacidades.

Hay muchos conceptos manejados en el libro que se deben tener en cuenta a la hora de valorar la toma de decisiones. Destacaría "la falacia de la planificación" (tendencia al optimismo y sobreestimar nuestras posibilidades a la hora de planificar alguna tarea), "la ilusión de validez" (tendencia a tomar conclusiones a partir de una evidencia escasa fruto de la confianza en nuestras creencias) y "la aversión a las perdidas" (la tendencia a temer las perdidas más que las ganancias). Por no hablar de los sesgos, la intuición experta, los marcos.....

Si tuviera que destacar lo que más me ha valido del libro diría que es su capacidad de poner en evidencia la debilidad de nuestras decisiones, dependientes de nuestras intuiciones erróneas, y la posibilidad de aprovechar mejor los beneficios del pensar lento.

¡HAY QUE LEER EL LIBRO!

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