Finalizo la serie de tres posts relacionados con el último libro de Sonja Lyubomirsky (Ver post), Los mitos de la felicidad, con una referencia a lo que denomina lograr una "autobiografía coherente".
Como dice en su libro Sonja Lyubomirsky, llega un momento que tenemos la oportunidad de echar la vista atrás y revisar la historia que queremos contar sobre nuestra vida, es decir, construir nuestro relato vital. La historia que escribimos moldea lo que pensamos de nosotros, influye en nuestro comportamiento cotidiano y repercute en nuestra felicidad. Y tener una autobiografía coherente, así la llaman los expertos, hace que nos sintamos más tolerantes con nuestro pasado y menos temerosos de nuestro futuro.
Es decir, si podemos construir un relato vital que explique cómo hemos llegado a lo que somos en ese momento, no solo como algo más que una simple colección de hechos aislados y efímeros, sino también como partes vitales de un trayecto trascendental, nos sentiremos mejor y, muy importante, intuiremos cómo se podrá desarrollar nuestro futuro. Desde ese momento nuestra historia vital nos dará una sensación de orden y trascendencia.
Recuerda Lyubomirsky aquella entrañable película de Ingmar Bergman, Fresas salvajes, en la que su protagonista, un bondadoso médico sueco de edad avanzada, está atormentado por las penas del pasado y las imágenes de su posible muerte. Emprende un largo viaje para visitar a las personas y lugares que le recuerdan los momentos clave de su vida: su madre, su infancia junto al mar, la chica que amó pero se casó con su hermano, su matrimonio...
Al reconocerse en aquellos recuerdos y en las personas de su vida, el médico va adquiriendo un sentimiento de aceptación de sí mismo y se siente capaz de reconocer una coherencia y trascendencia a su vida de las que parecía carecer antes. Logra algo a lo que todos deberíamos aspirar; la coherencia autobiográfica. Conseguirlo exige un viaje mental en el tiempo.
Hay investigaciones que demuestran que, con el simple hecho de escribir sobre nuestro pasado, podemos lograr una buena sensación de sentido y orden en los acontecimientos trascendentales de nuestras vidas. Estos relatos pueden ayudarnos a conectar de nuevo con las personas, lugares y actividades de nuestro pasado y conferirnos una sensación de coherencia autobiográfica.
Este tema nos recuerda algunos conceptos que ya hemos visto aquí alguna vez como la autoestima y la automotivación.