17 mar 2016

En busca de la memoria perdida

Hablamos hace poco de la optogenética (Ver post), una técnica que utilizando la luz está permitiendo no solo conocer el funcionamiento del cerebro de animales sino también modificar su estructura y comportamiento. Ahora, la revista Nature publica un artículo en el que se habla de la posibilidad de utilizar la optogenética para recuperar la memoria perdida, en concreto los recuerdos que la enfermedad del Alzhéimer va borrando de nuestro cerebro. Impresiona solo pensarlo!

Como vimos, la optogenética utiliza luz para activar o desactivar proteínas fotosensibles en las neuronas de nuestro cerebro, precisamente aquellas neuronas sobre las que se quiere actuar por los genes que expresan. Para ello se inyecta en el cerebro, por ejemplo a través de virus, material genético que se expresará en las neuronas concretas. Esto va a permite estudiar funciones cerebrales como el sueño, el apetito, el movimiento o enfermedades como la epilepsia, la enfermedad de Párkinson, etc.

El estudio que se publica ahora está liderado por Susumu Tonegawa, Premio Nobel en Fisiología o Medicina en el año 1987 y director del Centro RIKEN-MIT para la Genética del Circuito Neural, en Cambridge (EE UU) y Dheeraj Roy, investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (Ver noticia en el MIT). Han utilizado dos grupos de ratones, uno de ellos modificado genéticamente para provocarles trastornos de las primeras fases de la enfermedad de Alzhéimer. A ambos grupos se los sometió a dos pruebas primero sin utilizar la optogenética y después aplicándosela a los ratones modificados. Con ello se consiguió que el grupo con Alzheimer recuperara determinados comportamientos que en la primera fase del estudio habían olvidado. Además, la recuperación de los recuerdos de los ratones cesó al suspender la aplicación de la luz.

Dicho en otras palabras, y buscando la similitud con el mundo de los ordenadores, la perspectiva es similar a lo que se consigue con los programas de ordenador que permiten recuperar archivos borrados accidentalmente de los ordenadores, de las memorias de los móviles o de las máquinas fotográficas. De igual forma que con estos programas la mayor efectividad se consigue cuando la recuperación se hace con prontitud, llegando a conseguir la recuperación de casi toda la información, en el caso de la enfermedad de Alzheimer tratada con la optogenética parece que los resultados podrían ser mejores cuanto más cerca se encuentre el paciente en las primeras etapas del Alzhéimer.

La única pega hasta ahora es que la técnica es muy invasiva porque requiere abrir el cráneo. Es por eso que todavía no se ha empleado en seres humanos. Pero seguro que se lograrán técnicas menos invasivas o se conseguirán fármacos que puedan conseguir resultados similares. Es algo parecido a lo que ya se consiguió con la estimulación cerebral profunda (un dispositivo implantado en el cerebro que estimula eléctricamente el cerebro) para los síntomas de la enfermedad de Párkinson. En el caso de la optogenética la precisión será mucho mayor porque va dirigida a neuronas concretas.

Estaremos atentos.

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