Después de tres años sin celebrarse, el pasado viernes 3 de junio volvió la Thinking Party. Me interesa dejar aquí constancia, y hacer algunos comentarios de ello, porque esta vez estuvo dedicada a reflexionar sobre cómo el conocimiento del cerebro está cambiando el mundo y ayudando a redefinir qué nos hace humanos, algo que está muy relacionado con algunos de los temas de este blog. Como está todo en la red, en la página web de Fundación Telefónica, y es imposible resumir todo lo que se habló durante un día muy intenso, los interesados pueden profundizar en los contenidos en este link.
Presentado por la periodista Mara Torres (también lo hizo en las tres Thinking Party de 2010, 2011 y 2012), la primera intervención fue un interesante monólogo (¿Usamos de verdad sólo el 10% de nuestra mente?) de Pablo Barecheguren (Doctor en Biomedicina -Neurociencias-, especializado en comunicación científica) en nombre del proyecto Big Van. La principal tesis de su más que entretenido monólogo fue que, en contra de lo que dicen algunos, nuestro cerebro no lo usamos al 10% de su capacidad sino al completo. El error es pensar que el cerebro es un bloque cuando en realidad no es más que un conjunto de diferentes partes con diferentes funciones que trabajan en colaboración, interconectados, y que se "encienden y apagan" según trabajen en ese momento o no. Como dijo él, el cerebro es como un piso con distintas habitaciones de las que usamos todas pero cada una en su momento. Por tanto, se usa todo el cerebro pero no a la vez porque, entre otras cosas, eso supondría un consumo de energía enorme. También destacar que hizo mucho hincapié en la plasticidad del cerebro para crecer por lo que recomendó que lo que hay que hacer es estimularlo y ponerle retos. Muy recomendable verlo.
A continuación habló Juan Luis Arsuaga (El cerebro en la evolución humana), conocido paleoantropólogo español que trabajó en Atapuerrca y actualmente es director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos, además de Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 1997. Como siempre su intervención fue interesante pero mi impresión es que fue un poco larga y más expositiva que conclusiva. Partiendo de los estudios, ideas y diferencias de las teorías evolucionistas de Charles Darwin y Alfred Wallace, Arsuaga se centró en las deducciones de Wallace sobre la selección natural y lo que aprendió sobre la inteligencia de las tribus de Indonesia. A saber, que la inteligencia de los nativos estaba más ligada a la presión de la selección, de las que se conocen como las fuerzas hostiles de la naturaleza. Eso es lo que nos ha hecho adaptarnos y ser más inteligentes en competencia con las otras especies, lo que se conoce como selección ecológica. Una hipótesis posterior, planteada por Richard D. Alexander y conocida como "Dominio ecológico vs. Competencia social", añade una segunda etapa en la adaptación en la que los factores de selección están en el medio social y ahí la competencia se basa en las habilidades sociales y las capacidades simbólicas, como el lenguaje.
La siguiente ponencia fue de Nuria Oliver (Cerebro y tecnología, un binomio excepcional), ingeniera de telecomunicaciones, doctora por el Media Lab del MIT (Massachusetts Institute of Technology) y directora científica en Telefónica. Habló de lo que llamó "la relación simbiótica entre la tecnología y los humanos", presentando muchas técnicas y tecnologías que están permitiendo el conocimiento del cerebro. Todas ellas son demasiado extensas y complejas como para detenernos en ellas y además, como ya he dicho, está todo disponible en la web. Creo que quedó un poco prolijo, pero muy interesante. Habló de técnicas de medición del cerebro magnéticas (fMRI y MEG), eléctricas (EEG) y ópticas (fNIRS), y de técnicas de estimulación del cerebro como la estimulación magnética transcraneal, interfaces cerebro a cerebro, optogenética, etc. Habló también de cognición aumentada, entre ellas los implantes cerebrales, la neuronanotecnología y la neurofarmacología, y, por último, de las diferentes formas de replicar el cerebro, como la inteligencia artificial, Deep learning, asistentes personales, ChatBots, informática afectiva (recomendó la película HER), etc.
El principal motivo de mi presencia en la Thinking Party 2016 era fundamentalmente la intervención de Antonio y Hanna Damasio, matrimonio de origen portugués suficientemente conocido, él fue Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 2005. El considerado como uno de los padres de la neurociencia me decepcionó un poco, quizás es que esperaba demasiado. Primero, por alguna razón que no entendí muy bien habló el solo y no la mujer como estaba previsto, a pesar de que estaba allí presente. Segundo, porque me dio la sensación de que puso diapositivas algo antiguas para lo que ha evolucionado la tecnología, que pueden quedar bien como introducción pero el tema es que no fue mucho más allá. En definitiva, por supuesto interesante pero se podría esperar algo más. Después de su parte descriptiva, dio su opinión sobre algunos conceptos que considera erróneos. De ellos me interesa destacar dos porque sería imposible resumir aquí su larga hora de exposición:
Tesis 1.- Los animales también tienen conciencia y comportamientos sociales complejos. Su opinión es que nosotros, si bien no somos seres excepcionales, sí somos únicos gracias a nuestros logros culturales. Somos únicos porque, entre otras cosas, hemos sido capaces de crear la inteligencia artificial y porque toda la enorme lista de nuestros desarrollos se explica gracias a la creatividad, que se debe a su vez a la conciencia, los sentimientos, los pensamientos, la memoria, el leguaje y la habilidad para razonar. Hay especies que tienen determinados comportamientos para sobrevivir por naturaleza pero no como nosotros que además de ser por naturaleza lo hacemos porque queremos. Habló de la homeostasis y de una nueva categoría que hemos creado, la "homeostasis sociocultural", algo que no tienen los animales, donde nuestras mejores herramientas son las ciencias y las tecnologías.
Tesis 2.- Los robots, como están basados en algoritmos igual que el cerebro de los humanos, se puede pensar que sustituirán a los humanos. Su opinión es que las máquinas no pueden sustituir a los humanos, en todo caso hay una cierta amenaza. No es justificable que seamos algoritmos porque el cerebro es un órgano complejo al que incluso podemos modificar. Además, las maquinas no tienen sentimientos, dolores, etc. En definitiva, no se puede subestimar la capacidad del ser humano.
Para mí lo mejor de la mañana fue la intervención de Francisco Mora (Neurociencia. Solo se puede aprender lo que se ama), empezando por el lema de su exposición: "Solo se puede aprender lo que se ama". Francisco Mora es doctor en Medicina por la Universidad de Granada, en Neurociencias por Universidad de Oxford y catedrático en Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad de Iowa (EE.UU). Quedé sorprendido por su excelente exposición y por su vehemencia con la que consiguió que los 40 minutos pasaran en un suspiro. Partiendo del concepto de Kant, en su pedagogía, de que el ser humano es lo que la educación hace de él, desgranó sus reflexiones sobre los nuevos conocimientos actuales de la neurociencia y su aplicación para propiciar una nueva educación. Para empezar argumentó que "aprender y memorizar es recablear el cerebro, transformarlo, porque las sinapsis habrán cambiado según lo que se va aprendiendo". Ahora que se conoce mejor el cerebro, gracias a la neurociencia, Mora expuso sus ideas sobre cómo aplicarlas para mejorar no solo cómo enseña el docente sino también cómo enseñar al discente. La aplicación de estos conocimientos supone muchas cosas que voy a tratar de resumir en lo siguiente:
- Hay que acomodar lo que se enseña al momento en el que las distintas partes del cerebro están ya formadas, conociendo las etapas podemos enseñar lo más adecuado para cada edad.
- Son muy importantes los ciclos circadianos, lo que supone saber si un alumno es alondra o búho.
- Habló de aprovechar los tiempos atencionales, lo que tiene que ver también con la edad y con el tiempo de atención máximo.
- La emoción es la energía que impulsa a aprender. Lo que se aprende por la fuerza es negativo porque se desea olvidar: "Hay que aprender con la alegría!".
- Hay que tener en cuenta las diferentes memorias porque cada una de ellas sirve para cosas distintas o complementarias y ahora sabemos mejor cómo funcionan.
- Aprovechar la plasticidad del cerebro mediante la intervención en el entorno, por ejemplo en la arquitectura o la decoración, y en nuestra capacidad de modificar el genoma a través del ambioma.
Terminó destacando que es fundamental promover el pensamiento creativo, crítico y analítico basándose en tres sustratos del ser humano: curiosidad, atención y memoria. Anunció que está preparando un MOOC sobre neuroeducacion con la Universidad de Harvard, habrá que estar atentos. La exposición la recomiendo encarecidamente.
Entre las intervenciones se proyectaron varios videos relacionados con estos temas desarrollados por los ponentes de los que me permito recomendar uno, el perteneciente a Symphony of Science (el titulado Ode to the Brain!). Muy interesante, con intervenciones, modificadas digitalmente para componer algo parecido a melodías raperas, de científicos de prestigio como Carl Sagan, Robert Winston, Vilayanur Ramachandran, Jill Bolte Taylor y Oliver Sacks.
En un próximo post hablaré de la sesión de tarde (Ver post), porque me temo que esto ha quedado un poco largo.
Motívate, sé positivo, busca tu felicidad y disfruta. Tú eres lo importante, el resto se verá favorecido por ti. El secreto de la felicidad no está en tener o hacer sino en ser, y no hay mejor forma de ser que decidir por uno mismo y estar con quien se desea.
16 jun 2016
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