La semana pasada, en un viaje a Ámsterdam, me encontré con los anuncios, y más tarde estuve en la puerta de la céntrica calle Damrack, de una exposición que me sorprendió y en cierta forma me cabreó. Con el atrayente título de The Happiness Project Ámsterdam se anunciaba una nueva etapa de la exposición itinerante del proyecto Body Worlds del anatomista alemán Gunther von Hagens.
Sin entrar a valorar la calidad artística de este proyecto y menos su idoneidad como proyecto educativo e interactivo, pues tal como se anuncia pretende mostrar la complejidad y vulnerabilidad del cuerpo humano utilizando para ello órganos y cortes humanos reales sometidos a un proceso creado por este ¿artista? denominado "plastinación", lo que me cabrea es la banalización en el uso de la palabra felicidad, que hoy sirve para todo.
Ya he hablado aquí en varias ocasiones del mucho daño que se está haciendo con estas mamarrachadas, ¡a la mierda lo políticamente correcto!, a la digna aspiración de cualquier personas a ser feliz y aprender sobre las formas más adecuadas para lograrlo.
Proyectos de este tipo son las cosas que hacen que la gente tenga un efecto rechazo al oír que alguien les está tratando de enseñar a ser felices. Lo triste es que detrás de estas cosas hay mucho científico profesional trabajando en serio y obteniendo resultados muy interesantes, en este blog hay muchos ejemplos de ello.
Como reclamo, la exposivión se hace "la pregunta del millón": How does happiness influence our body and Health? Y también: Discover the wonders of the human body. Cosas que evidentemente no tienen nada que ver con la felicidad ni con la exposición.
Traigo esto aquí no por lo interesante del tema sino precisamente por lo contrario, me parece una tomadura de pelo no por el proyecto en sí porque tiene su curiosidad pero nada más. Dicho queda.