El domingo pasado se publicó un artículo muy interesante de Francesc Miralles, escritor y periodista experto en psicología, en el suplemento El Pais Semanal. El artículo hacía referencia al escritor japonés Haruki Murakami (Ver artículo). Tanto por el personaje como por el contenido, me parece interesante, y me apetece mucho, hacer aquí una breve reseña.
Cuando leí, gracias a una recomendación y préstamo de mi amigo Ezequiel, De qué hablo cuando hablo de correr, quedé impresionado por las reflexiones de Murakami sobre la influencia que las carreras de larga distancia han ejercido en su vida y en su obra, basándose en su propia experiencia después de participar en unas cuantas carreras. Me sentí muy identificado, además de disfrutar de su escritura sencilla y de sus más que interesantes opiniones y enseñanzas.
Desde aquél momento, Murakami me resulta una persona muy atractiva, y no por las novelas, que es un género que suelo leer poco, sino por su personalidad y sus acertadas opiniones sobre casi todo. Intento seguir sus intervenciones promocionales, entrevistas, etc. Por ejemplo, es interesante recordar la entrevista que con motivo de la publicación de su última novela, La muerte del comendador, apareció en el mismo medio, El Pais Semanal (Ver entrevista).
En De qué hablo cuando hablo de correr, según dicen los entendidos quizás el libro más personal, uno de sus principales mensajes es la frase: "El sufrimiento como opción". La idea de este libro le vino a Murakami cuando leía un reportaje sobre los corredores de maratones y le llamó la atención las opiniones tan diversas con las que estos explicaban por qué corrían. Cada uno tenía sus razones y uno de los que más le impresionó fue el que aseguraba que: "Pain is inevitable. Suffering is optional", es decir, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.
Como explica él en el prefacio del libro, lo que escribe quizás no pueda calificarse de pensamiento filosófico pero sí como una especie de compendio de reglas de experiencia. Son, según dice, "lo que he aprendido, a título estrictamente personal, a través de ese sufrimiento opcional derivado de haber puesto en funcionamiento mi cuerpo", y termina, orgullosa y autobiográficamente, asegurando que "Tal vez no resulten de mucha utilidad, pero, en cualquier caso, esto soy yo como persona".
Volviendo al artículo de Francesc Miralles, aparentemente otro más de los admiradores del japonés, lo que hace este periodista es una reflexión sobre lo que él considera que son las enseñanzas que sobre la vida se pueden extraer de la lectura de Murakami. Destaca cinco enseñanzas, que aquí resumo, pero lo mejor es ir a la fuente original. Estas son, me parecen muy interesantes:
1. La soledad es la mejor vía al conocimiento. Sin la protección y el ruido de los demás, el encuentro con uno mismo es inevitable, con lo que damos un salto hacia adelante en nuestra propia evolución.
2. El mundo es imprevisible. Si solo podemos esperar lo inesperado, es inútil hacer predicciones. Y eso puede ser un gran calmante para la mente.
3. No busques un sentido. Muchas veces sentiremos que nuestra vida es un sueño donde las cosas suceden sin razón aparente. Podemos lamentarnos de lo injusto o absurdo que es el mundo o bien surfear las olas que nos trae la existencia.
4. Si sobrevives al caos, ya has ganado. Tal vez el arte de vivir sea salir lo mejor librados posible.
5. El orgullo y el miedo nos quitan lo mejor de la vida. ¿Cuántas veces nos hemos perdido una oportunidad, personal o profesional, por no haber dado el paso? Al contenernos tal vez dejemos la más bella página de nuestra historia por escribir.
Motívate, sé positivo, busca tu felicidad y disfruta. Tú eres lo importante, el resto se verá favorecido por ti. El secreto de la felicidad no está en tener o hacer sino en ser, y no hay mejor forma de ser que decidir por uno mismo y estar con quien se desea.
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