17 abr 2020

Así es un idiota azul, según Thomas Erikson

Continuando con el libro Surrounded by idiots, de Thomas Erikson (ver post), voy a intentar resumir lo que es, cómo se comporta y cómo hay que comunicarse con una persona catalogada como AZUL, según la clasificación de Erikson. De acuerdo con el modelo hipocrático, el color azul se corresponde con la conducta de un melancólico y Erikson la define bajo la etiqueta de "Analítico".

Para analizar lo que propone Erikson sobre lo que define a una persona azul voy a desarrollar tres apartados: sus características; qué se debe hacer frente a una persona azul; y, en tercer lugar, las posibilidades de influir o criticar a una persona azul.

1.- Características de una persona con perfil dominante azul

Lo primero que señala sobre los "azules" es que son, en resumen:

- De reacción lenta
- Máximo esfuerzo en la organización
- Mínimo interés en las relaciones interpersonales
- Su marco temporal es el pasado
- Actuación cautelosa
- Tendencia a rechazar implicarse

Una persona azul es aquella que responde a las características que aparecen en la figura de abajo, está en inglés porque la traducción de la edición española es parcial y no me gusta mucho. Esta es mi versión y lo dejo en inglés por si alguno quiere leerlo del original. Un AZUL es: concienzudo, sistemático, distante, correcto, convencional, parece inseguro, objetivo, organizado, analítico, perfeccionista, necesita tiempo, reflexivo, metódico, busca hechos, orientado a la calidad, observador, respeta las reglas, lógico, interrogador, meticuloso y reservado.


Son muy muy introvertidos, muy organizados y pesimistas. En su casa todo está organizado de una manera precisa porque para ellos lo importante está en los detalles, ningún detalle es demasiado pequeño como para no merecer que nos fijemos en él. Son pesimistas, bueno ellos dirían realistas, pero a los ojos de los demás en realidad son pesimistas.

Los azules no se dan demasiada importancia, a diferencia de los amarillos no necesitan que nadie los escuche. A pesar de eso mantienen un control sorprendente de todo lo que ocurre a su alrededor. Son muy observadores, espectadores más que protagonistas. Se mantienen siempre en un segundo plano mientras analizan, clasifican, valoran, evalúan...Con anterioridad, si el caso lo requiere, averiguan todo lo posible antes de abrir la boca, porque o lo han buscado en Google o se han leído todo lo que han podido sobre algún tema a tratar. Para ellos, estar callado es mejor: si no tienes nada que decir no hables. Así, lo que dicen los azules suele ser correcto.

Existe la creencia de que los azules son incapaces de tomar decisiones pero eso no es cierto, es que son muy precavidos. En lo primero que piensa un azul es en la seguridad. Por eso lo que más les cuesta es arrancar, porque necesitan prepararse a conciencia, casi nunca se arriesgan, comprueban y vuelven a comprobar. Si van a ocuparse de alguna tarea lo quieren hacer correctamente y son capaces de repetir lo mismo una y otra vez, casi nunca terminan porque siempre queda algo por hacer. Es por eso que a muchos azules se los ve como muy críticos y casi desconfiados y demasiado controladores, lo que puede crear problemas con los que les rodean. Un gran número de ingenieros tienen rasgos de conducta azul: son precisos, sistemáticos, se centran mucho en los datos y les preocupa la calidad.

Tienen los azules una zona privada bastante amplia, tanto física como psicológicamente. Eso significa que los azules tienen que conocer muy bien a la otra persona para abrirse a ella, prefieren mantener las distancias con los demás. No son como los rojos que lo dicen todo si lo necesitan, ni como los amarillos que cuentan secretos pensando que a los demás les interesa, ni siquiera como los verdes que suelen mantener conversaciones muy personales en grupos reducidos.

Son personas tranquilas y estables, en circunstancias normales. Son muy equilibrados, quizás relacionado con su afán de tenerlo todo bajo control. Por eso a los azules no les afectarán tanto los imprevistos como a los demás. Pero sólo se fían de lo que ven ellos mismos con sus propios ojos, y hay que demostrárselo todo.

Su lenguaje corporal a menudo es retraído, o mejor dicho es que no lo tienen. No se mueven, ya estén de pie o sentados, y hablan sin gesticular, con un tono de voz contenido y bajo, apenas hacen inflexiones y hablan lentamente. Miran directamente a los ojos, el contacto visual no le supone ningún problema pero mientras sea a distancia, así se sienten más cómodos.

2. Qué hacer frente a una persona azul

Si se quiere conectar con los azules hay que ser muy precisos, vigilar los detalles y no ser descuidado porque eso puede suponer dudas sobre la calidad y eso no les gusta. Hay que ceñirse a lo que ellos esperan, pensar bien lo que se va a decir, de qué quieres convencerle y dejar la imaginación a un lado. Como buscan demasiado los detalles y tardan en decidirse, hay que convencerlos de que a veces es mejor hacer algo antes de demorarse o no hacer nada, que hay que tomar decisiones.

En las relaciones personales hay que tener presente que una persona azul raramente preguntará cómo nos va o se interesará por nuestros problemas personales. Tampoco conviene que le preguntes cómo le va en el plano personal, no es que no les importe es que tienen otras cosas más importantes en la cabeza. Pero hay que recordarles que los demás tienen sentimientos. También que no es bueno hacer comentarios críticos todo el rato, porque eso puede sentar mal a los demás.

Ya he dicho que son introvertidos y además no les interesan las conversaciones triviales, es el motivo por el que muchas veces para quienes les rodean resultan distantes y fríos. Sin embargo, cuando empiezan a hablar no paran y para ello se preparan meticulosamente.

Finalmente, si has acordado con un azul una cita en un lugar determinado a una hora concreta, no te quepa duda de que allí estará. Y estará preparado para discutir porque habrá pensado en todo. Tú también deberías hacerlo.

3. Criticar a una persona azul

Antes de que se pase por la cabeza hacer una crítica negativa a un azul, hay que asegurarse de que se sabe de qué hablar. Es importante dar detalles específicos y mejor si es por escrito ya que los azules desconfían de la gente que habla mucho. Sin entrar en comentarios personales, para que llegue bien el mensaje a un azul hay que ceñirse a los datos y prepararse a que responda con numerosas preguntas, por supuesto, no se creerá de primeras nada de lo que le digas.

Es evidente que es difícil criticar a un perfeccionista y un azul lo es. Él sabe lo que es mejor, y no cambiará de opinión tan sólo porque alguien se lo diga. Hay que prepararse bien porque además de que es difícil que acepten una crítica, a ellos no les cuesta nada criticar a los demás, tienen facilidad para ver todos los errores que cometen los demás. No es porque sean abiertamente vengativos sino porque probablemente nosotros hemos sido chapuceros, según su criterio.

Importante es asegurarse de que han entendido lo que se le has dicho, tus comentarios o críticas, e incluso sería bueno que nos lo repitan y, más adelante, comprobar que han hecho caso.

Como ejemplos de personas azules conocidos cita a Albert Einstein, Bill Gates, Kevin Costner y Al Gore.

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