Me he alegrado mucho de que Juan Goytisolo haya sido galardonado con el Premio Cervantes, máximo galardón de las letras en lengua castellana. Nunca olvidaré la lectura de Señas de identidad en el año 1979 (el libro es la imagen que aparece al principio). Por eso me gustaría ofrecer aquí un pequeño homenaje de reconocimiento y agradecimiento por ofrecerme uno de esos recuerdos que te marcan para siempre y que, sin duda, ha contribuido a formar los cimientos de este blog.
Como digo, la lectura de Goytisolo a una edad que en aquella época se estaba con la mente en otras cosas, sin duda más que ahora, supuso para mí un descubrimiento inolvidable y por eso quiero dejar constancia aquí de ello. No solo me impresionaron aspectos más formales o estilísticos como el uso de un narrador en segunda persona o su novedosa ruptura cronológica del tiempo, es también por su capacidad de introspección, por sus maravillosos monólogos interiores (similares a Tiempo de silencio) y, sobre todo, por lo que hace estos días ha dicho de él Jorge Edwards en EL PAIS (Ver artículo), por ser "un provocador incesante", algo con lo que siempre me he sentido muy identificado (con razón ha declarado estos días que “Cuando me dan un premio siempre sospecho de mí mismo. Cuando me nombran persona non grata sé que tengo razón”).
Como se sabe, Señas de identidad es la primera novela de la trilogía sobre Álvaro Mendiola (un exiliado español, por su lucha contra el franquismo, que regresa de Francia en busca de sus señas de identidad) completada con Reivindicación del conde don Julián y Juan sin tierra. Por supuesto, ambas las leí después con fruición. Más tarde, Goytisolo publicó una magnífica autobiografía, que igualmente me cautivó, compuesta por Coto vedado y En los reinos de Taifa, pero eso ya es otra historia...nunca se lo agradeceré lo suficiente.
Este libro, Señas de identidad, lo pondría al mismo nivel de otras lecturas contemporáneas en castellano que me marcaron igualmente, a saber Cien años de soledad (del que ya he hablado aquí), Rayuela, Tiempo de silencio y Paradiso. No hay que añadir más, esos cinco libros serán siempre referencia y de momento, como homenaje, empezaré a releer Señas de identidad.
En fin, una pena que en el 2008, desde Marrakech donde vive, Juan Goytisolo anunció que dejaba la narrativa para siempre: "Es definitivo. No tengo nada que decir y es mejor que me calle. No escribo para ganar dinero ni al dictado de los editores". Al menos continúa escribiendo ensayos y poesía. Juan Goytisolo por siempre.