Dejamos nuestro recorrido por la Teoría de la motivación con el primer capítulo dedicado al conductismo (Ver post). Ahora avanzamos con este post dedicado a la motivación incentivada, que, básicamente, se centra en explicar cómo influyen los objetivos o incentivos en el comportamiento.
Las explicaciones teóricas de la motivación incentivada varían desde un acercamiento mecanicista clásico del estímulo-respuesta a acercamientos más cognitivos que dan más énfasis al aprendizaje de las expectativas esperadas. En otros casos, las teorías ponen el énfasis en el papel que tienen las señales predictivas en el desarrollo de la motivación incentivada.
La motivación incentivada no se restringe a metas asociadas con los motivos primarios de hambre, sed, sexo, etc. Al contrario, los incentivos que se analizan en estas teorías motivan antes de la obtención del objetico, o meta, es la perspectiva de futuro lo que provoca la motivación para hacer algo en un momento concreto. Ese es uno de los aspectos más importantes de este tipo de motivación, que cualquier objetivo que se busque puede motivar el comportamiento. Por ejemplo, el hecho de buscar un trabajo bien remunerado en el futuro puede servir como un importante motivador para un esfuerzo importante en el estudio. Es decir, los objetivos motivadores no es preciso que existan físicamente en el momento que activan el comportamiento.
Mientras que se pensaba que el impulso es innato, normalmente se considera que los incentivos son aprendidos. Un individuo no nace con preferencias definidas sobre un tema concreto sino que estas preferencias se desarrollan como nuevos objetivos cuando se han experimentado anteriormente. Y estas experiencias son las que van configurando los incentivos que modifican y refuerzan el comportamiento de los seres humanos se ven fuertemente motivados por los incentivos.
Un ejemplo claro es el de una persona que podría llegar a desplazarse a un lugar lejano para cenar en su restaurante favorito mientras que no estaría dispuesto a hacerlo para comer una simple hamburguesa en un sitio cercano. Las dos comidas tienen distinto grado de incentivo y producen un comportamiento diferente.
Un aspecto importante relacionado con el incentivo es que estas teorías diferencian entre los incentivos relacionados con satisfacciones internas, por haber alcanzado algún objetivo concreto, y los que proceden de fuentes externas. En un primer caso se habla de motivación incentivada intrínseca porque se focaliza en el objetivo en sí (hacer una tarea, ganar una competición, orgullo personal, etc.). Cuando buscamos un resultado externo se habla de motivación incentivada extrínseca. También se diferencia entre el incentivo como objetivo y el incentivo como recompensa. En ambos casos el incentivo motiva el comportamiento.
Dentro de este amplio espectro de teorías de la motivación incentivada se puede dedicar algo más de espacio al "Modelo Expectativa/Valor", y por citar alguno de los más conocidos a Edward C. Tolman, que cité brevemente en el Capítulo V de esta serie, o de J. W. Atkinson. Lo haré en un post específico más adelante.
Motívate, sé positivo, busca tu felicidad y disfruta. Tú eres lo importante, el resto se verá favorecido por ti. El secreto de la felicidad no está en tener o hacer sino en ser, y no hay mejor forma de ser que decidir por uno mismo y estar con quien se desea.
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