26 sept 2018

El secreto de la felicidad

Lo que a continuación publico es una reflexión personal que ha madurado en mi cabeza durante este verano, por motivos que no vienen al caso. Es lo que se podría considerar como un intento personal por definir lo que es la felicidad. El resultado de esta reflexión ha sido la siguiente frase: El secreto de la felicidad no está en tener o hacer sino en ser, y no hay mejor forma de ser que decidir por uno mismo y estar con quien se desea.

Es por supuesto, y evidentemente, una opinión personal, subjetiva y valorativa desde la más sincera modestia. Desconozco si se parece o no a alguna de las muchas que a lo largo de la historia se han formulado sobre el tema. La frase es mía y solo mía. A continuación pretendo explicarla brevemente pero sin entrar en demasiadas conjeturas filosóficas para las que ni estoy preparado ni es el sitio adecuado.

La pregunta de ¿qué es la felicidad? es casi tan antigua como la humanidad. Tras los primeros pasos de nuestros ancestros por el planeta Tierra, el que se conoce como homo sapiens ya estaba en disposición de plantearse cuestiones más trascendentes que las meramente relacionadas con las necesidades de alimentación y supervivencia. Ya se planteaba reflexiones sobre lo que era la vida y cómo disfrutarla de la mejor manera posible. La conciencia de uno mismo y el desarrollo del lenguaje para comunicar permitieron que cada uno de nuestros semejantes quisiera encontrar y expresara su propio SECRETO DE LA FELICIDAD.

Como primera aproximación, hemos visto en varias ocasiones en este blog que el dinero no da la felicidad, aunque es cierto que sí es un factor importante. Se han realizado estudios que demuestran la existencia de una correlación directa evidente (ver post) pero nada concluyente ni determinante. Asimismo, hemos visto aquí en varios post (valga este post como ejemplo ) que vivir experiencias vitales dejan en nuestro interior más sensación de bienestar que gastar en cosas materiales. Por tanto, con ser ambas importantes, TENER O HACER no aseguran la felicidad stricto sensu.

Por otro lado, creo que la máxima expresión de una persona es llegar a SER uno mismo, un ser individual y diferenciado de los demás, ser en sí y ser consciente de ello. El concepto de "ser" ha sido estudiado por numerosas escuelas filosóficas sin llegar a conclusiones uniformes y no soy yo el más indicado para adentrarme en ese proceloso campo. Para mí, lo que debe definir la felicidad es llegar a ser uno mismo en esencia y existencia, ser una persona autorealizada.

Pero ser uno mismo no implica necesariamente tener, hacer, o incluso deber ser, sino poder tomar aquellas decisiones que sean producto de la máxima libertad y autonomía personal. Recordando el lema de la Ilustración, definido por Immanuel Kant, "atrévete a pensar", lo que subyace en el fondo de este concepto es un impulso a ser libre y tomar las propias decisiones. Es decir, gracias a nuestra capacidad de pensar podremos DECIDIR POR UNO MISMO.

Finalmente, como también se ha podido ver en este blog en numerosas ocasiones, somos un ser social que necesitamos vivir en sociedad, ya lo dijo Lain Entralgo: "existir es coexistir". Por ello, una de las mayores fuentes de bienestar es la convivencia con los demás y, sobre todo (como aquella película genial de Woody Allen, Si la cosa funciona), la mayor expresión de la felicidad se concretaría en compartir la vida con otra persona que refuerce nuestro ser. Más allá de diferencias de edad, raza, clase social o ideas políticas o religiosas y superando situaciones de conveniencia, acomodaticias o interesadas, la felicidad se sustanciaría en poder ESTAR CON QUIEN SE DESEA.

Para terminar una frase que ya apareció aquí (ver post) del viejo profesor J. L. López Aranguren: "El hombre está ligado a la felicidad, tiende por naturaleza a ser feliz. La virtud por la virtud, sin apetito, sin fruición, sin amor, es contra natura".

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