La esencia del proceso de aprendizaje es su continuidad. Cuando estaba en activo, estoy hablando de temas laborales, había un término muy utilizado entre los que participábamos en proyectos europeos relacionados con la educación: Lifelong learning (se puede traducir por "formación permanente"). Probablemente ahora es poco utilizado pero el concepto tiene plena validez.
Con el paso de los años me he dado cuenta de que la mejor, y quizás la única forma, de estar preparado para cualquier cambio en nuestras vidas, ya sea en temas laborales, sociales o familiares, es estar continuamente aprendiendo de las experiencias pasadas. Obviamente no estoy hablando de la adquisición de conocimientos, que por supuesto sí es necesaria, especialmente en una sociedad como la actual en la que la tecnología y la especialización en las diferentes disciplinas del saber son tan exigentes. Estoy hablando aquí del proceso de aprendizaje vital, de aprender de las situaciones vividas, de las experiencias que vamos acumulando a lo largo de nuestras vidas.
Creo que se puede afirmar con rotundidad que cualquier situación por la que atravesamos en la vida nos ofrece la oportunidad de aprender para la siguiente. Hay personas que consideran que una nueva dificultad en la vida puede ser un reto, una situación que prueba nuestra capacidad para superarla. Sin embargo, otras personas piensan que lo que se presenta es una nueva amenaza en el horizonte, algo que bloquea su capacidad de respuesta.
Las primeras aprenderán cualquiera que sea el resultado, aumentando su resiliencia para afrontar las nuevas situaciones que se les presenten en la vida, mientras que las segundas, si no se bloquean, se limitarán a conformarse con haber superado la amenaza. Después solo pensarán en las nuevas amenazas que seguro volverán a aparecer sin haber aprendido nada.
De algo parecido a esto hable no hace mucho (Ver post). Me refiero a la capacidad de algunas personas de estar todo el día pensando en cosas desagradables. Estas personas son las que con más probabilidad están condenadas a transitar por la vida sin aprender de sus momentos agradables y, mucho menos, de los que son desagradables.
Aprovechar cualquier situación conflictiva para aprender requiere también aprender a ser eficaces en el aprendizaje, aunque parezca una obviedad o un juego de palabras. Aprender a aprender es fundamental para poder extraer conclusiones de cualquier situación. Requiere ser proactivos para darnos cuenta de lo que es importante en nuestras vidas y priorizar de acuerdo a esta importancia, descubrir quiénes somos y tener presente nuestro sentido de la vida. Ya sé que es más fácil decirlo que hacerlo pero basta con tener experiencia y analizar con detenimiento qué es lo que hemos hecho para afrontar una situación concreta y por qué hemos obtenido el resultado finalmente conseguido.
Un aspecto esencial para aprender de la experiencia es evitar hacer cosas con las que no disfrutamos. Es muy conocido por los neurocientíficos que el cerebro aprende mucho mejor cuando nos emocionamos con algo. Ya sé que es utópico pensar que siempre vamos a estar haciendo lo que nos gusta pero sí podemos tener cierta capacidad de evitar estas situaciones. No solo perdemos el tiempo sino que no nos aportan nada para nuestra evolución vital. Es otra obviedad pero es muy importante aprender a decir que no, así como plantearse objetivos realistas.
Para terminar, hay una cita que se atribuye a Mahatma Gandhi, aunque está cuestionada su autoría y yo no tengo referencias directas, pero que viene al pelo de lo que estoy hablando: "Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre".