22 mar 2016

Por qué nos gusta Schopenhauer

No es la primera vez que hablamos aquí de Arthur Schopenhauer y algún libro suyo ha aparecido en la biblioteca de Motivándote. Tampoco es la primera vez que alguien me manifiesta su extrañeza porque un supuesto abanderado del pesimismo vital, el escepticismo y la soledad (reflejo de su vida) aparezca en un blog dedicado a la motivación, el optimismo, la felicidad y temas relacionados. Así que me parece interesante poner las ideas un poco en orden sobre ¿por qué nos gusta Schopenhauer?

Probablemente gran parte de las razones de mi acercamiento a Schopenhauer residan en que era el autor favorito de Nietzsche y Wagner. Además, tuvo gran influencia en nuestra generación del 98, en autores como Machado o Unamuno. También influyó mucho su gusto y buen hacer por los aforismos con los que era capaz de expresar grandes pensamientos con palabras certeras.

Evidentemente, no soy un experto en el tema, ni he leído todo lo que ha publicado, algo probablemente casi imposible para un no profesional. Pero sí lo suficiente como para hacerme una idea personal de que Schopenhauer, un romántico empedernido, es una fuente inagotable de actitud vital y motivación por vivir la vida que se nos ha dado de una forma plena. Aquí han aparecido ya dos libros de los últimos que he leído y que justifican sobradamente la presencia de Schopenhauer: El arte de conocerse a sí mismo y El arte de ser feliz. Seguro que aparecerá alguno más.

Cada lector puede interpretar lo que lee de un autor y/o filósofo de una u otra manera, dentro de un rango relativamente amplio. Schopenhauer es sin duda un paradigma de persona socialmente despreciable, sin eufemismos. Además de ser para muchos el príncipe del pesimismo nunca quiso vivir en sociedad. Como es conocido, era una persona egoísta y gruñona que consideraba al menos prudente vivir en soledad. Son conocidas sus frecuentes comparaciones en negativo del ser humano con los animales, con los que consideraba que nos diferencia la maldad, algo para lo que se requiere inteligencia. Esto es lo que pensaba sobre el individuo frente a la sociedad: "cuanto más pobre y simple de espíritu es un hombre, más social será".

Su aislamiento y su filosofía de vida tienen mucho que ver con su situación personal. Vivió de las rentas de su padre por lo que se pudo dedicar a la reflexión filosófica y un poco a la docencia, tratando de construir un sistema filosófico valido para el resto de los mortales. Llegó a decir que "La humanidad ha aprendido de mí algunas cosas que nunca olvidará". Así, cuando publicó su última versión de El mundo como voluntad y representación quedó convencido de haber cumplido con su tarea en la vida.

Ahí, en el título de su obra principal, expresaba su filosofía de que el mundo es nuestra representación de una realidad exterior pero es también, y más importante, voluntad desde dentro, voluntad de vivir como concepto irracional, como fuerza que actúa por instinto y es "donde ha de resolverse todo enigma". En la fuerza de superar ese concepto de voluntad reside para Schopenhauer la dignidad y fortaleza del hombre.

Es cierto que no deja de ser paradójico que a pesar de su idea de que los humanos no estamos hechos para la felicidad se empeñara en pergeñar tantas guías para una vida dichosa a través de sus preceptos eudemologicos. La Eudemonología es el término que utiliza Schopenhauer para definir su teoría de la vida feliz (o vida menos desgraciada habría que decir) de los humanos dentro de sus posibilidades. Un conjunto de sabiduría práctica que no se diferencia mucho de los conceptos de Aristóteles o Platón/Sócrates sobre una vida contemplativa.

Finalmente, recordar que Schopenhauer decía que debemos buscar la felicidad en nuestro interior y aprovechar el tiempo para desarrollar nuestros talentos, porque lo más importante y valioso está dentro de nosotros. Y en algún momento llegó a desear que todos los seres vivientes se vieran libres de sufrimiento.

Con todo esto creo que merece la pena abstraerse de su persona y aprehender lo que nos pueda servir para mejorar ese pequeño intervalo de tiempo que es la vida de los seres humanos.

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