17 ene 2019

Breves respuestas de Stephen Hawking a las grandes preguntas


Hablamos hoy del libro póstumo de Stephen Hawking, Breves respuestas a las grandes preguntas, en el que se incluyen sus ideas sobre los grandes misterios del universo y su posible evolución en un futuro no tan cercano. Es una lectura que en algunos momentos puede resultar demasiado centrada en temas relacionados con la astrofísica pero, por eso aparece aquí, incluye varios capítulos muy interesantes para todos los lectores como ejemplo de motivación para luchar con tenacidad por cualquier anhelo, por lejano que se perciba.

Cuando Hawking falleció estaba trabajando en su gran proyecto final, su objetivo más ambicioso que era resumir todos sus extensos conocimientos sobre física y astronomía en algunas respuestas a las frecuentes preguntas que le realizaban en sus apariciones públicas y en su trabajo. Pero se quedó en el camino, el libro quedó incompleto cuando falleció en marzo de 2018. Sus compañeros y la familia se propusieron concluir el trabajo y lo han conseguido con un libro más que interesante.

El libro es por tanto una compilación en la que se han seleccionado diez temas extraídos de los numerosos ensayos, conferencias y discursos en los que el conocido científico, aquejado de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), plasmó sus profundas reflexiones. Con lenguaje científico pero casi siempre accesible, los diez capítulos del libro son: ¿Hay un Dios?; ¿Cómo empezó todo?; ¿Hay más vida inteligente en el universo?; ¿Podemos predecir el futuro?; ¿Qué hay dentro de un agujero negro?; ¿Es posible viajar en el tiempo?; ¿Sobreviviremos en la Tierra?; ¿Deberíamos colonizar el espacio?; ¿Nos sobrepasará la inteligencia artificial?; y ¿Cómo damos forma al futuro?

El libro incluye un prólogo de Eddie Redmayne, ganador del Óscar al mejor actor por su interpretación de Stephen Hawking en la película La teoría del todo, y una introducción del profesor y Premio Nobel Kip S. Thorne. Finaliza con un emotivo epílogo de su hija Lucy Hawking en el que alaba su lucha y su gran voluntad para no rendirse nunca, terminando con estas palabras: "Nunca seré tan valiente como él (por naturaleza, no soy una persona demasiado valerosa), pero él me mostró que lo podía intentar. Y que el hecho de intentarlo ya era por sí mismo la parte más importante del coraje". Parte de la recaudación irá destinada a la Stephen Hawking Foundation.

Más allá de la trascendencia mediática que siempre han tenido sus ideas sobre la existencia o no de Dios, me gustaría hacer hincapié aquí en los dos últimos capítulos, más relacionados con los contenidos de este blog. Sobre la existencia de Dios, Hawking ya se manifestó en numerosas ocasiones convencido de su no existencia y de la no necesidad de un Dios, "somos polvo de estrellas", aquí lo argumenta científicamente concluyendo con la siguiente reflexión fruto de sus conocimientos sobre el Big Bang: "Para mí eso significa que no hay posibilidad de un creador, porque no existía tiempo en el que pudiera existir un creador".

El excelente capítulo dedicado a la inteligencia artificial (IA) resulta muy esclarecedor, viniendo de quien viene. Sorprendentemente, a pesar de confesarse un optimista, manifiesta sus dudas, si las cosas no se hacen bien, sobre la capacidad de los humanos para controlar la potencialidad de la IA de desarrollar una voluntad propia. Sobre ello, y siguiendo sus argumentos ya expresados cuando firmó en 2015 un manifiesto con numerosos científicos, alerta sobre la necesidad de una investigación seria sobre los posibles efectos adversos de la IA, incluyendo "un interruptor de muerte". Lo resume en la siguiente frase: "Nuestro futuro es una carrera entre el poder creciente de nuestra tecnología y la sabiduría con la que la usamos. Asegurémonos de que gane la sabiduría".

El último capítulo dedicado a ¿Cómo damos forma al futuro?, es un motivador canto a la capacidad para la creatividad del ser humano basándose en el increíble potencial de su mente. Pero, advierte, "para que cada mente alcance su plenitud potencial necesita la chispa de la investigación y del asombro". Es preciso, añade, el conocimiento de las potencialidades de la ciencia, por cuanta más gente mejor, con el objetivo de "desarrollar todo su potencial y creando un mundo mejor para toda la especia humana". El futuro de la humanidad lo vislumbra Hawking en dos opciones: "la exploración del espacio para planetas alternativos en que vivir y en el uso positivo de la IA para mejorar el mundo".

Me gustaría terminar con el último párrafo del libro en el que Hawking anima a no rendirse, a ser curiosos y poder influir en nuestro futuro: "Así que recordemos mirar a las estrellas y no a los pies. Intentemos dar sentido a lo que vemos y preguntémonos qué es lo que hace que el universo exista. Seamos curiosos. Y por difícil que la vida pueda parecer, siempre hay algo que podemos hacer y conseguir. Importa que no nos rindamos. Demos rienda suelta a nuestra imaginación. Demos forma al futuro".

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