22 jun 2021

Facilitando el camino a la libertad interior

Después de los comentarios generales sobre el libro Viva la libertad (Ver post) y sobre las seis obstáculos que se interponen en el camino (Ver post), este tercer post está dedicado a hablar de otras recomendaciones de los autores para llevar adelante el proceso de acercamiento a la libertad interior.

Son tres partes: La influencia de nuestro entorno, cómo entrenar la mente y los frutos de una verdadera libertad interior. En los tres se incluye, como en la primera parte del libro, una caja de herramientas para saber cómo actuar. Lo siguiente es un breve resumen o índice de lo que proponen, seguramente parcial e incompleto, así que lo mejor es leer el libro.

El primer apartado de esta segunda parte del libro trata sobre la "Ecología de la libertad". Se analiza cómo actúan sobre nuestro estado mental los entornos físico, social (las relaciones personales) y cultural. En términos generales proponen observar y analizar con detenimiento el entorno para extraer todo aquello que beneficie a nuestro cuerpo y a nuestra mente.

Por ejemplo, respecto al entorno físico recomiendan buscar el aislamiento, el recogimiento o las inmersiones en la naturaleza para obtener la necesaria tranquilidad que ayuda a nuestra mente a reflexionar. En el entorno cultural ponen el énfasis en conocer las influencias, a veces imperceptibles, que actúan sobre nuestros pensamientos, conocerlos permite defenderse de estas influencias: la información, la educación y humildad son fundamentales para evitar nuestras vulnerabilidades.

Mucha importancia conceden al vínculo social. Nuestro entorno social nos puede acercar a la libertad o alejarnos de ella. Las personas pueden influir incluso solo con su presencia porque cualquier soledad padecida y no elegida constituye un gran factor de riesgo en materia de salud, tanto mental como física. La conclusión es que hay que buscar la inspiración y el apoyo en las relaciones sociales. Para ello, hay que aprender a tratar personas muy diferentes a nosotros, buscar modelos de referencia, etc.

El segundo aspecto es el "Esfuerzo por la liberación" y la necesidad de entrenar la mente para ello. La búsqueda de la libertad interior es una tarea muy particular, propia de cada uno, a la que hay que dedicar tiempo y constancia, y no vale compararse con nadie, cada uno tiene su camino. Uno de los métodos aconsejados, además de la enseñanza de la mente para lo cual ofrecen sus propias recetas, es la meditación, sobre la que Alexandre Jollien dice: "En el fondo, meditar es aprovechar cada instante sin especular sobre el futuro, desprenderse del espíritu calculador para sentirse en el mundo, sin más".

Todo esfuerzo necesita tener claro cuál es el horizonte al que mirar y estar muy motivado, teniendo claro que no hay esfuerzos fáciles o difíciles. Los autores acuden a Epicuro para distinguir entre lo que depende de nosotros y lo que no para no esforzarse en vano o evitar el sobreesfuerzo inútil. Concluye Christophe André que "la felicidad es uno de los grandes combustibles necesarios para poder llevar a cabo todos los esfuerzos de una vida humana. Vivir es adaptarse a la adversidad, cuando uno no puede cambiarla".

Por su parte, Matthieu Ricard aconseja que: "la forma en que nuestra mente interpreta las circunstancias exteriores, ya como bienestar, ya como malestar, influye considerablemente en nuestra calidad de vida. Ahora bien, tengamos en cuenta que es posible educar y transformar esta «interpretación»". Porque efectivamente, la conclusión es que el entrenamiento de la mente es una de las claves para nuestra libertad en el mundo del mañana. Y finalizan este apartado citando a Aristóteles: "La excelencia es un arte que no se alcanza sino por la ejercitación constante. Somos lo que hacemos cada día. La excelencia no es, pues, una acción, sino un hábito".

Finalmente, el tercer apartado trata sobre "Los frutos de la libertad". Tres frutos destacan los autores: la pacificación interior, la apertura a nuestra naturaleza profunda y la actitud frente a la muerte. La paz interior aumenta nuestra libertad, pero no significa renunciar a los conflictos sino esforzarse por no vivir en un estado de lucha permanente contra la realidad.

Lejos de caer en el optimismo fácil, los autores proponen agrandar nuestro espacio interior de forma que las penas y las alegrías tengan amplitud para desarrollarse dentro de él, sin ignorarlas, pero sin que trastornen tampoco nuestra paz profunda. Se trata de descubrir nuestros recursos interiores, muchas veces subestimamos, y nuestras capacidades personales para afrontar la adversidad. En este sentido, la neuroplasticidad de nuestro cerebro ayuda para que con el entrenamiento se pueda modificar nuestro grado de bienestar. Dominar la mente nos permitirá tratar las emociones mientras estas se expresan, de forma que no siembren la turbación en la mente.

Como se ve en estos tres posts, el libro es altamente recomendable, tanto para leerlo como para releerlo y, asimismo, tenerlo muy a mano. ¡Que lo disfrutéis!

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