El último número de la revista TIME (correspondiente al 26 de enero) incluye un curioso artículo (Shhhh! The Quiet Joys of the Introvert) sobre los introvertidos y sus diferencias con los tímidos.
En un mundo ruidoso, lleno de móviles sonando y de correos electrónicos echando humo, el artículo rompe una lanza por el derecho de los introvertidos a preferir estar en casa a solas leyendo un libro o en compañía de un grupo muy selecto de gente. Habla de una nueva investigación sobre The Upside of Being an Introvert y sugiere que los introvertidos podrían ser mas felices de lo que se piensa o de lo que aparentan. No hay muchas estadísticas ni censos pero hay estimaciones que calculan que sobre un 30% de la gente es introvertida.
Por contra, la timidez es una forma de ansiedad de alguien que sufre. Los tímidos tratan activamente de evitar situaciones, como reuniones o encuentros sociales, por el miedo a ser juzgados, pero en el fondo desearían poder disfrutar de esos momentos. Eso les provoca situaciones de agobio y en muchas ocasiones incapacita para determinadas actividades.
Las raíces de la introversión pueden ser numerosas pero la investigación muestra que en torno a un 20% de los bebes de cuatro meses son lo que los científicos llaman altamente reactivos. Responden a un estimulo desagradable, como la rotura de un globo, con un gran distress frente a otros bebes. Y que otro 20% tienden a crecer como introvertidos de adultos aprendiendo a protegerse ellos mismos de una sobre estimulación, evitando las situaciones que sobrecargan sus circuitos neuronales.
Pero, como otras investigaciones han demostrado (por ejemplo el libro Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking de Susan Cain), el mismo gusto por la soledad puede manifestarse también por la habilidad para concentrarse durante los largos períodos de tiempo que son necesarios para llegar a ser un gran artista, un científico o un ejecutivo.
Los introvertidos escuchan mejor, evalúan los riesgos con más cuidado y pueden ser gerentes más eficientes. No es casualidad que los multimillonarios que surgieron en el Sillicon Valley eran a menudo gente retirada, solitaria y no es casualidad tampoco que al actual ocupante de la Casa Blanca dicen que es un introvertido feliz.
En el artículo aparecen algunos ejemplos de introvertidos (Gandhi, Teresa de Calcuta, Hillary Clinton, Bill Gates o Joe Dimaggio) y de extrovertidos (Bill Clinton, Margaret Thatcher, Steve Jobs, Boris Yeltsin, Muhammad Alí o George W. Bush).
Relacionado con el artículo hay un cuestionario en Internet para saber si se es extrovertido o introvertido: Are You an Extrovert or an Introvert? (Ver traducción)