31 oct 2013

Liderazgo y motivación. El soft power

He hablado alguna vez en este blog de liderazgo, por ejemplo de liderazgo y creatividad, también de coaching, seguro que habrá más oportunidades porque ambos son temas complejos que deben ser tratados con seriedad y rigor. En esta ocasión me gustaría hablar de la relación que hay entre el liderazgo y la motivación, desde el punto de vista de la comunicación, y aprovechar para recordar un concepto que dio a conocer Joseph Samuel Nye Jr., el soft power.

En primer lugar hay que tener en cuenta que el liderazgo no es un concepto único ni mucho menos estático. Depende mucho de las capacidades personales, que se pueden aprender y mejorar, y de la cultura del entorno en el que se desarrolle la actividad, que es determinante para entender los diferentes matices que acompañan a cualquier acto o sentimiento humano.

Para motivar habrá que jugar con ambas variables. Obviamente, la personalidad será fundamental para tener y obtener las capacidades que son necesarias para cualquier líder que pretenda ejercer como tal y, además, tener éxito en su tarea de motivar a un grupo de personas. Por su parte, la cultura es tan importante que condiciona cómo interpretamos todo lo que nos rodea y la forma en que reaccionamos a cada situación. No sólo se trata de la cultura de un país concreto sino también las diferentes culturas empresariales o generacionales existentes en el entorno. En todo caso, el líder deberá tener una mente abierta y la suficiente empatía como para intentar abarcar el mayor número posible de diferencias culturales.

Si nos centramos en la comunicación, considerando que a la hora de motivar lo que queremos es influir y obtener lo mejor de un grupo de personas para alcanzar unos resultados determinados, la capacidad de comunicar es una herramienta muy necesaria. Se tratará de intentar convencer, de influir y, en definitiva, de motivar. Conlleva también favorecer y desarrollar las competencias personales, relacionales y el talento del grupo de personas objetivo. Eso supondrá realizar un diagnóstico de las competencias para elaborar un plan de mejora que deberá estar apoyado en un coach personal, pero eso es tema para desarrollar en otro momento.

La manera de comunicar variará de unos ambientes a otros pero está claro que para convencer es necesario comunicar bien, de forma verbal y no verbal. Porque cuando se comunica no solo hay que trasmitir información, por supuesto que el mensaje que queremos comunicar debe ser relevante y estar interiorizado, sino que hay que convencer. Para ello además de tener credibilidad, tanto la personal como la profesional, es necesario establecer vínculos de compromiso con los destinatarios del mensaje.

Habrá casos en los que se escuchará al líder por la posición que ocupa y en ese caso la capacidad de influir queda mermada, se necesitará una buena capacidad de persuasión y eso se puede aprender o reforzar.

Así, para Joseph Samuel Nye Jr, profesor de la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, político y articulista asiduo del periódico EL PAÍS, el dato clave es la persuasión y para ello utilizó un término concreto: "poder blando" (soft power). Lo desarrolló por primera vez en su libro Bound to Lead: The Changing Nature of American Power, 1990) y más tarde lo concretó en 2004 con Soft Power: The Means to Success in World Politics.

Lo definía como la capacidad de persuadir para conseguir lo que uno quiere atrayendo a otros sin necesidad de recurrir a las amenazas, la coerción o la fuerza. Consideraba que el poder blando adquiriría cada vez más importancia y parece que así ha sido.

Sin embargo, más tarde, como pensaba que el término había sido mal interpretado, pues creía que se confundía con una debilidad el ser amable con los demás para resolver problemas, definió un nuevo término, el "poder inteligente", que es la capacidad de aunar el poder duro de la coacción con el poder blando de la atracción hacia una estrategia que obtenga resultados.

El soft power tiene la capacidad de persuadir, y a través de ella de motivar, cuando se apoya en aspectos como la inteligencia emocional y la comunicación, verbal y no verbal.

Volveremos a hablar de liderazgo y motivación.

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