12 may 2016

Creencias, sentimientos y conocimientos

El otro día leyendo un libro, del que pronto hablaré aquí, me encontré una referencia a Albert Ellis y su conocida terapia racional-emotivo-conductual (Rational Emotive Behavior Therapy, REBT). Pensé que sería interesante dedicar un pequeño comentario aquí porque hasta ahora Albert Ellis no había tenido presencia en este blog. Puede ser interesante tenerlo en cuenta para conocer algo más sobre cómo interpretamos la realidad, según esta teoría, muy necesario en estos tiempos de veloces cambios.

Albert Ellis fue un psicólogo estadounidense que en 1955 desarrolló la terapia TREC, además de fundar y ser presidente del Instituto Albert Ellis en Nueva York. Es considerado uno de los mayores psicoterapeutas de la historia, a la altura de Sigmund Freud. Según sus trabajos, y el de otros psicólogos que lo corroboraron, es evidente que hay comportamientos que no se explican necesariamente a través del pensamiento racional sino que pueden basarse en prejuicios, en influencias del entorno u otros estímulos externos o internos. Por tanto, que sería bueno, pensó, aplicar terapias que sean combinación de principios conductuales y cognitivos.

Dentro de estas investigaciones, Ellis desarrolló la Teoría de la Emoción ABC que es un modelo ampliamente aceptado sobre cómo se justifican nuestros comportamientos. Lo interesante de esta teoría es que explica que nuestro comportamiento no viene directamente relacionado con los acontecimientos de nuestra vida sino con las interpretaciones que hacemos de ellos. Esto es debido a que, consciente o inconscientemente, aportamos en el juicio nuestras creencias para interpretar esa situación o hecho.

El principio fundamental del modelo se basa en las tres letras:

- A (Activating events in people's lives) representa los acontecimientos en la vida de las personas, es decir lo que sucede.

- B (Beliefs about these events and their meaning) representa el sistema de creencias, conscientes o inconscientes, y su significado.

- C (Consequences of their beliefs) representa la consecuencia o reacción, o sea la conducta resultante.

La proposición central de la teoría es que la consecuencia emocional y conductual (C) es consecuencia de B y no de A.

Pero ¿qué es una creencia? Una definición para iniciar el tema puede ser la de la Real Academia Española que define la creencia de tres maneras: "Firme asentimiento y conformidad con algo", "Completo crédito que se presta a un hecho o noticia como seguros o ciertos" y "Religión, doctrina".

Se da por hecho que con una creencia un sujeto considera como verdad algo sin análisis o argumentaciones. Es un modelo que nosotros mismos nos hacemos sobre algo y del que difícilmente se acepta otra alternativa. Esta creencia puede formarse desde el interior, a partir de principios o valores propios, o por factores externos del entorno social o familiar.

El peligro de las creencias es que son en el fondo como cristales deformadores de la realidad que predisponen y afectan a las percepciones que hacemos de nuestro entorno. Es la creencia la que crea la realidad y, casi siempre, tiene algo de acto de fe ya que no hay demostración racional o fundamento empírico que lo ratifique.

La terapia cognitivo-conductual quiere hacer frente a estos pensamientos y reforzar la voluntad de una persona para fomentar una dinámica constructiva en la vida, vivir una existencia plena para no ser gobernado de forma irracional por creencias deformadoras. Se habló con posterioridad del modelo extendido de la teoría, teoría ABCDE, que tiene en cuenta la revisión/discusión de nuestras creencias anteriores, la letra D (Disputive belief or statement), y sustituirlas por otras nuevas, la E (new Emotional consequence, feeling of relief and/or functional behavior).

Por supuesto las creencias tienen su parte positiva porque forman parte de la identidad del yo y pueden ayudar a alcanzar objetivos en los que creemos. Pero lo importante aquí es hacer hincapié en que es lo opuesto a conocimiento. Es muy importante reflexionar sobre si las creencias nos están ayudando o, muy probablemente, están limitando nuestra capacidad de percepción del mundo que nos rodea.

Para terminar, un consejo: CONOCER más que CREER. No es tan complicado.

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