Recientemente se ha publicado un interesante artículo en la revista Scientific American en el que se reflejan los resultados de un estudio que parece demostrar que el contacto visual puede influir en los recursos cognitivos necesarios para pensamientos complejos.
Los participantes en el estudio, realizado en Japón, tenían que mirar a una pantalla, en la que se veía la cara de una persona, mientras realizaban varios ejercicios verbales procurando no apartar la vista de los ojos de esa cara, que miraba a los ojos del espectador o a otro lado. Se trataba de asociar un verbo a un sustantivo. Los ejercicios tenían tres grados de dificultad y se comprobó que el contacto visual directo con la persona de la pantalla obstaculizaba el rendimiento de las personas en los ejercicios más difíciles.
Los resultados sugieren que el contacto visual utiliza algunos de los recursos mentales utilizados para tareas complejas, por lo que tratar de mantener el contacto visual puede impedir el razonamiento. Ya se conocía, por estudios previos, que ciertas tareas visuales podrían interferir en el pensamiento visual, por eso este experimento se limitó a que las personas respondieran verbalmente.
Es conocido que el contacto visual es una de las formas más importantes de comunicación no verbal. Es cosa de dos, del que habla y del que escucha, y el comportamiento puede significar interés, desinterés o la expresión de varios estados emocionales (timidez, vergüenza, culpa...) que hacen que alguien evite el contacto visual mientras intenta comunicarse. Pero también se puede observar que cuando se piensa profundamente a menudo se apartan los ojos mientras escuchamos y hablamos con otro. En este caso, la ruptura en el contacto visual no proviene de la emoción, sino de la necesidad de preservar los recursos cognitivos. Esto es lo que ha demostrado el estudio.
Según los investigadores, todavía no está claro por qué se produce un conflicto entre el contacto visual y algunos tipos de pensamiento. Los investigadores sugieren que sólo cuando la tarea es más difícil el sistema cognitivo se agota por las demandas simultáneas de activación de la corteza cerebral o de áreas emocionales como la amígdala.
Otro aspecto a investigar es cómo la cultura afecta al uso del contacto visual, si es positivo o negativo, o cómo actuar durante el contacto visual, y sus efectos sobre el pensamiento. Lo primero que especulan es que mirar hacia otro lado en las culturas con menos énfasis en el contacto ocular tal vez permita un pensamiento más profundo. Y en otras culturas que le dan más importancia, recomiendan no preocuparse si quedamos mal cuando nos tomamos un tiempo para mirar por la ventana mientras reflexionamos sobre alguna pregunta más compleja porque será para mejorar la respuesta.