No sé si tiene mucho que ver con este blog pero sí creo que es importante llamar la atención, y estar en guardia, frente a lo que se nos viene encima. Me refiero a la cada vez más utilizada palabra "posverdad", que algunos pretenden dar validez como un eufemismo de la mentira para asimilarlo a la verdad sin apellidos.
Un riesgo más de esta amenaza ha sido la oficialización castellana del término a través del anuncio del director de la Real Academia Española (RAE) de que esta palabra aparecerá próximamente en el diccionario de la RAE. El hecho en sí por supuesto está muy bien pero una cosa es que aparezca y otra que lo que hay detrás de ese concepto se pueda considerar como una alternativa a la verdad, todo va a depender de cómo se utilice y de si la RAE, con el tiempo, incluirá al final cualquier acepción que refleje su uso torticero, por mucho que se generalice su mal uso.
Como cuenta la prensa de estos días, el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, lo ha anunciado en conferencia en Madrid. Como aseguró, la palabra se incorporará como sustantivo en el diccionario el próximo diciembre. A falta de una definición oficial, lo que se pretende expresar con posverdad será "aquellas informaciones o aseveraciones que no se basan en hechos objetivos, sino que apelan a las emociones, creencias o deseos del público", uf qué peligro!
Según los que entiende de esto, el término en inglés se empleó por vez primera en 1992 y lo hizo el dramaturgo Steve Texich en un artículo publicado en la revista The Nation. En español se atribuye la primera mención documentada al escritor Luis Verdú, en su libro El prisionero de las 21.30, publicado en 2003. Su entronización definitiva se produce el año pasado cuando el diccionario de la Universidad de Oxford la consideró como la "palabra del año 2016”.
El término aparecerá escrito sin guion, frente a la palabra inglesa de donde procede post-truth, y con el prefijo "pos" que podría indicar que se ha acabado el tiempo de la verdad, que estamos en una época en la que todo vale, que la posverdad es algo que sucede o sustituye a la verdad. Insisto en que tiene mucho peligro y habrá que andar con cuidado en cómo se utiliza.
Como dice el propio director de la RAE, la elección que los castellanohablantes hagan de sus posibles acepciones será asunto de cada uno, pero de ahí es de donde puede venir el peligro. Por ello está bien tratar de poner puertas al campo como quiere hacer la RAE. De momento conviene seguir usándolo como algo muy diferente a la verdad y muy cercano a la mentira para que no nos vendan humo a través de su modernidad. Atentos!